El uso de enzimas en la estabilización de suelos es una técnica
adecuada que cumple con los requerimientos geotécnicos y
ambientales.

Esa es la conclusión de un estudio de la Comunidad de Madrid sobre el uso de enzimas, como la de Perma-Zyme, para la estabilización del suelo en la duplicación de la carretera M-111 y variante de Fuente el Saz.

Uno de los problemas a los que se enfrentan los proyectos de infraestructuras viales es la calidad de los suelos donde se van a llevar a cabo las obras. Si los emplazamientos no cumplen con las propiedades geotécnicas necesarias el suelo debe estabilizarse. Tradicionalmente esta función se llevaba a cabo con cal y cemento, con el consiguiente impacto ambiental. El uso de enzimas abre una puerta a la mejora del suelo con un menor impacto medioambiental y la disminución de costes -tanto de obtención, como de transporte-.

La Comunidad de Madrid y Acciona llevaron a cabo un proyecto experimental con el fin de evaluar la virtudes de la estabilización de
suelos por medio de productos enzimáticos. Con ese fin, se llevaron a cabo cuatro tramos de obra en la M-111, en los cuales además de la aplicación del producto enzimático, se aplicaron las técnicas de estabilización tradicionales.

De los resultados obtenidos se llegó a las siguientes conclusiones sobre el uso de enzimas:

  1. Aumenta la resistencia del suelo
  2. Mejora la capacidad portante de la explanada
  3. Reduce el tiempo empleado en el proceso de estabilización
  4. Reduce el plazo de curado y, además, no exige su tratamiento superficial
  5. No precisa maquinaria específica

Las enzimas empleadas en este proyecto son muy similares al PERMA-ZYME de Vervictech, un producto enzimático que se distingue principalmente por su elevada densidad, su nulo impacto ambiental, su fácil manejo y su capacidad de adaptación a todo tipo de suelos.

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